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Siéntanse absolutamente libres de visitar CAFEDITOLANDIA cuando les plazca. Mis duendes bloggeros y yo siempre estamos tratando de lograr el mejor ambiente para nuestras visitas. Cualquier reclamo, duda o sugerencia, dirigirse a las direcciones de la Vocería. Eso sería, ¿no?
"Inferno" de Dan Brown

miércoles

Cajero de Peaje


Hola, necesito ayuda de todos, comentarios, recomendaciones, insultos, agresiones verbales o adjetivas; en fin, necesito vuestra ayuda amigos bloggers y no-bloggers...

Sucede lo siguiente, hace un par de años, como muchos otros niños, viajaba yo por la carretera junto a mi familia. Todo bien hasta que llegamos a un peaje. Sí, esas casetas donde uno debe pagar para seguir avanzando.

Nunca olvidaré el rostro del tipo que le cobró a mi tío y que luego le entregó el comprobante. Un rostro sin expresión. Me recordó a C3PO, un tipo que está programado para servir. Ni siquiera dijo "buenas tardes", ni menos "buen viaje". Un rostro sin vida. Lo recuerdo porque debe haber sido la primera vez que sentía lástima por alguien... que sentí tristeza por alguien que nunca antes había visto...

Necesito ayuda, porque hoy me urge saber qué es ser Cajero de Peajes. Dónde viven, qué comen, dónde hacen sus necesidades, ¿tienen familia?... ¿son mormones? (con todo respeto a los Elder mormones)...

¿Qué hacer si llego a tener un hijo y éste con el pasar del tiempo, me dice que su sueño es ser Cajero de Peaje?

Todo comentario me será útil... sobre todo obtener información acerca de estos enigmáticos personajes... que podrían estar entre nosotros sin habernos dado cuenta... de antemano, gracias.

martes

Un perrito


Hace unos años atrás, unos amigos me preguntaron:
- Oye, ¿qué quieres para tu cumpleaños?
- No pues, denme una sorpresa.
- No, no, dinos qué quieres, porque así es más fácil...
- No, mejor que me den una sorpresa po...
- Dinos po... Y yo, como para dejarlos tranquilos, dije: "Un perro...", pero pude haber dicho un auto, un computador, un Playstation 4, pero no po... un perro... como el huevón que fuma... jeje.
A la semana siguiente nos juntamos en un bar y veo una caja de cartón que se movía. Me dije a mí mismo: "No puede ser un perro...". Voy, la abro y: ¡Un perro! Un cachorrito de un mes, haciéndome chantaje emocional. Con sus ojos me decía: "No me dejarás tirado, ¿cierto?", y yo: "Será po... me lo quedo, mal que mal, fui yo el huevón que dijo perro".
Total, que salí del bar con un perrito a cuestas. ¿Pero que hacía yo con un perro? Pasé una librería, de esas que están abiertas toda la noche, y compré un libro titulado: "Cómo adiestrar a su perro en sólo 3.500 capítulos". Lo compré considerando que era la versión resumida del libro original, que tenía sólo 3501 capítulos. Así que lo compré en 12 cómodas cuotas de 3.499 pesos, sin interés.... sin ningún interés en querer pagarlas.
Capítulo 1: "Cómo hacer que el perro no orine en casa" Precisamente coincidía con lo primero que queríamos saber en casa, sobre todo mi madre. Descubrimos que hay varios métodos para lograr el mismo objetivo, pero el más efectivo era el más cruel. Consiste en agarrar un diario, enrollarlo, untarlo en la orina y pegarle al perro.
A mí cuando chico no me hubiese hecho ninguna gracia que mi papá, en vez de llevarme al baño o cambiarme los pañales, me hubiese agarrado a cachetadas con la mano llena de pichí. Pero bueno, como no me quedaba otra alternativa y mi madre me presionaba, le pegaba en la cabeza con el diario al perrito. ¿Pero con cuál diario? ¿Le pego con La Segunda, o sea, en la pura tarde? O para que aprenda luego, le pego con el Icarito. Pero ni el uno ni el otro. Le pegué con Las Últimas Noticias, que más que oler a pichí, huele a mierda...
En fin. Capítulo 2. El perro tiene que aprender cuatro órdenes básicas en la vida de todo perro, las que son: "ven aquí", "siéntate", "dame la pata" y "échate"... pero en inglés. ¿Por qué?, porque así sólo te hace caso a ti y no le entiende a nadie más. Pensé: "Muy bien... muy bien pensado, porque hoy en día en que el mundo está tan globalizado y el inglés es prácticamente el idioma universal, lo encontré súper a dog..."
Así entonces "ven aquí" es "can", que significa perro en inglés... luego está "siéntate", "sit"; "la pata", "the... the pat"; y "échate" que es "flor", que no sé qué mierda tiene que ver, pero es así. La primera orden es fácil, dejas al perro aquí y uno se coloca como a cuatro metros: "¡Eh!... ¡can!" Ajaja (risita). Claro, el perrito es un cachorro y yo le salgo con idiomas... bueno, a la decimacuarta vez que le dije "can", lo agarré del pecho, lo arrastré por el suelo y vino sin ningún problema... el hueveo vino cuando le pedía que se sentara, que me diera la pata y que se echara sin darle una galleta después, porque el librito decía: "no se le ocurra a usted darle galletas. No. El perro tiene que hacerlo porque sí, porque es su naturaleza de ser... perro". Si claro, y uno cree que los perros son huevones.
El asunto es que con paciencia, el perrito fue asimilando estos conceptos, incluso algunos más difíciles que no venían en el librito, como: "no te subas a la mesa cuando toda la familia está cenando", y otro que le tocó aprender con la experiencia que fue: "si tu dueño llega a casa a las siete de la mañana curao, tú no meas hasta las cinco de la tarde".
Así no más pues. Tengo un perro y lo quiero mucho, porque el roce diario hace el cariño, pero igual no le saco ninguna utilidad... en realidad sólo una: con el tiempo nos dimos cuenta en casa, que un perro sirve básicamente para terminar los rollos de fotos. Tienes un rollo y le quedan dos fotos. "Chucha, tengo que terminar el rollo"... "¡sácale una foto al perro, hueón oh!".
Tengo un perro y quizás a estas alturas se pregunten: "Mierda, ¿pero por qué lo aceptaste?"... aparte de haberlo aceptado para no hacerle un desaire a mis super amigos, no lo sé. Pero me queda muy clara una cosa. Si un día yo me hago famoso por robar bancos y violar monjas, el perro me seguirá recibiendo igual de contento, meneando la cola, cada vez que llego a casa.

viernes

A Daniela

No sé cómo ocurrió. Culpemos al destino.
No sé qué hacer cuando estás conmigo. Enséñame.
No sé qué decirte al oído. Sé paciente.
No sé por qué te merezco. Gracias por estar ahí y ser como eres.
No sé qué me pasa. Te amo.
No sé en qué terminará todo esto. Pero este comienzo me gusta mucho.
No sé si había estado perdiendo el tiempo antes. Ahora el tiempo se me hace poco contigo.
No sé si sea capaz de hacerte feliz. Pero tú me has hecho el hombre más feliz del planeta.
No sé si esto es un sueño o la realidad. De ser un sueño, no quisiera despertar nunca, pero como es la realidad, entonces debo aprovechar tu amor al máximo.
No sé qué me está pasando. Si esto es estar enamorado, entonces que viva el amor.
No sé cómo he llegado a ser el hombre más afortunado del mundo al haberte encontrado.
No sé cómo, pero te prometo que jamás te defraudaré y que te amo con todo mi corazón.
No sé... es que simplemente te amo Daniela.

domingo

Diego

Diego siempre fue un niño callado. De esos que uno piensa que son autistas. Sea como sea, Diego siempre fue un niño callado. Diego tenía 9 años. Pero Diego murió un día antes de cumplir los 10. Diego murió siendo el niño callado.
Los padres de Diego lloraron mucho. Diego había sido el primogénito de estos jóvenes padres profesionales. Pero sus 9 años de silencio perturbaban a sus padres. Ni siquiera su niñera entendía lo que ocurría con Diego. Lo llevaron ante los mejores especialistas que pudieron y la respuesta casi siempre fue la misma: "Está tratando de concentrar la atención de todos en él" o "Se puede considerar normal hasta los 12 años cuando por lo general los niños sufren sus primeros cambios hormonales". Los padres de Diego lloraban mucho.
El silencio de Diego era casi aterrador. Incluso para sus padres. Diego sólo emitía sonidos cuando sentía esos fuertes dolores de cabeza. Diego murió un día antes de cumplir los 10 luego de sentir un fuerte dolor de cabeza.
Lamentablemente todos los scanners cerebrales que se le practicaron a Diego, nunca arrojaron nada de qué preocuparse. La muerte de Diego fue tan sorpresiva como impactante. Y casi siempre que Diego sentía esos dolores en su cabeza y llegaba a emitir algún sonido, casi nunca era oído ni por sus padres ni por la niñera.
En vano Diego fue matriculado en diferentes escuelas que tras sólo unos días de ser observado, los maestros aconsejaban a sus padres cambiarlo a otra institución. Por esta razón, los padres de Diego habían optado por educarlo ellos mismo en la quietud de su casa. Aprendió a escribir prontamente con ayuda de su madre y aprendió rápidamente las operaciones básicas de la aritmética junto a su padre. Desde entonces, Diego pasaba largos ratos en su habitación escribiendo y ejercitando supervisado por su niñera.
Diego había muerto un día antes de cumplir los 10 años. Casi tres meses después, la casa estaba llena de un silencio aún más aterrador que el de Diego. La niñera de Diego ya no estaba. Su trabajo ya no era necesario. Los padres de Diego tuvieron que reponerse lo más rápido posible por sus respectivas obligaciones profesionales, que simplemente no respetan el luto.
Pero un día su madre, buscando respuestas y culpables, se encerró en la habitación de Diego un largo rato. Y revisando el portafotos del velador de Diego, encontró una hoja detrás de la última foto de Diego, en la cual identificó la letra de su hijo. En la hoja, Diego había escrito lo siguiente:

"Queridos Mamá y Papá:
Los amo y muchas gracias por todo. Disculpen estos casi 10 años de silencio. Para cuando encuentren esta carta yo ya no estaré entre ustedes y el silencio será menor que antes. Pero aún así quiero pedirles lo siguiente:
Nunca dejen de amarse y traten de olvidarme pronto, más ahora que viene en camino mi hermanita. Ella les brindará todas las alegrías que yo no pude brindarles. Y como favor de hermano mayor, quiero que nunca la dejen sola con esa niñera. Porque también podría reprimirla a golpes en su cabecita.
Cuídense mucho y sobre todo a mi hermanita.
Los quiero mucho.
Diego."

martes

Gracias

Me pasó algo muy cuático hace poquitos días. Y es cuático porque cuando me pongo a pensar qué habré hecho para merecerlo, la única respuesta que se me viene a la cabeza es que simplemente he creído y he apoyado en todo lo que esté a mi alcance a quien lo necesite, ya sea con una palabra de aliento o también siendo duro, cuando la situación lo amerita; haciéndome el tiempo simplemente para oír a alguien y tratar de ayudarle; disfrutando de un buen rato tirando una buena talla o simplemente estando en el lugar y momento preciso que alguien me ha necesitado.
Me pasó algo muy cuático hace poquitos días. Y es cuático porque cuando uno hace cosas o aún tiene el tiempo y las fuerzas para sacar adelante proyectos que no solamente involucran tiempo, esfuerzo o inversión monetaria, sino que además involucran el sacrifico de momentos de nuestras vidas por el simple o complejo, según el punto de vista, trabajo que se ha desarrollado durante los últimos 14 años y que hace sólo tres meses estuvo a punto de desaparecer, lo único que a uno le nace decir es: "Muchas gracias por permitirme aún ser parte de su mundo".
Me pasó algo muy cuático hace poquitos días... y es que mis compañeros, amigos y hermanos del Grupo de Teatro tenían que describirse en una sola palabra. Y cuando fue mi turno, la palabra que más oí y me hizo sentir pleno y agradecido, fue: "Admiración".
Me pasó algo muy cuático hace poquitos días. Me sentí admirado por la gente que yo más admiro en esta tierra. Así que correspondo a mis hermanos teatreros con una palabra que los define a todos y a cada uno de ellos, y que resume la paciencia que me han tenido, la voluntad para crear y soportar los embates de un año que será recordado por muchos sentimientos encontrados, pero que nos ayudaron a todos a crecer y ver la vida tal cual es. A todos ustedes y a los que antes de ustedes también me soportaron... y de todo corazón:

"Gracias".

miércoles

Al caminar


¿Les ha pasado que al caminar nos da por mirar al suelo o al cielo, pero casi nunca hacia adelante?
Yo, por ejemplo, miro al suelo para asegurarme que no pisaré en falso o para evitar tropezarme con algún objeto que me haga caer de hocico al suelo. O por último miro el suelo para, en una de esas, ver si me encuentro algún billetito de 30 lucas... donde sale el rostro de Tomás Hirsch.
Y cuando miro al cielo, principalmente lo hago para ver las nubes y sus diferentes formas, o en caso de que no hayan, mirar ese precioso celeste grisáceo propio de la capital y dejar que ese sol bondadoso me llegue en el rostro y con el tiempo me de cáncer a la piel.
Pero no puede ser todo tan malo.
Todo aquello es mejor que mirar hacia adelante y admirar cada rostro que pasa de frente a nosotros... no es que yo sea precisamente agraciado, no me creo para nada el cuento al respecto, pero hay cada especimen de nuestra raza... uff... que es mucho más sano mirar al suelo o al cielo que hacia adelante.
Pero bueno, caminante no hay camino, se hace camino al andar... como dijo el poeta. Así que mientras no me compre un auto como Perico, no me queda otra que seguir caminando para acortar distancias y seguir apreciando el suelo o el cielo, según corresponda... o según cuan desocupada estén las calles.
    Puede ser que quede
    un solo instante o una eternidad
    no sabes lo que tienes por andar
    el tiempo lo dirá.
    Puede ser que todo lo que sueñes
    se haga realidad
    que un segundo en el camino pueda más
    que una vida entera en la oscuridad
    Ven, déjate llevar por el corazón
    no te rindas nunca y ya verás.
    Lejos llegarás, si te falta fuerza en el camino
    sabes bien que contarás conmigo.
    Dime lo que quieres, dime lo que piensas,
    dime lo que sientes cuando lo sientas.
    Dime lo que sientas y no te arrepientas.
    Dime que tú puedes, dime que tú sueñas, no te desesperes cuando te pierdas.
    Dime que lo intentas y no te arrepentirás
    Cada vez que pierdas la partida
    juega una vez más.
    Recuerda que la herida sanará,
    atrévete y verás.
    Cada vez que sientas que la vida
    te ha dejado atrás
    no olvides que aún hay tiempo
    para despertar
    un nuevo sentimiento
    grande como el mar.
    Ven, déjate llevar por el corazón
    no te rindas nunca y ya verás.
    Lejos llegarás, si te falta fuerza en el camino
    sabes bien que contarás conmigo.
    Dime lo que quieres, dime lo que piensas,
    dime lo que sientes cuando lo sientas.
    Dime lo que sientas y no te arrepientas.
    Dime que tú puedes, dime que tú sueñas, no te desesperes cuando te pierdas.
    Dime que lo intentas y no te arrepentirás
    Cada golpe del destino
    cada amigo que se va
    deja huellas que ni el tiempo borrará.
    Cada paso en el camino
    nos acerca un poco más
    a ese sueño que algún dí­a llegará.
    Ven, déjate llevar por el corazón
    no te rindas nunca y ya verás.
    Lejos llegarás, si te falta fuerza en el camino
    sabes bien que contarás conmigo.
    Dime lo que quieres, dime lo que piensas,
    dime lo que sientes cuando lo sientas.
    Dime lo que sientas y no te arrepientas.
    Dime que tú puedes, dime que tú sueñas, no te desesperes cuando te pierdas.
    Dime que lo intentas y no te arrepentirás