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"Inferno" de Dan Brown

lunes

Recuerdos de una vela


Él estaba solo. La vela que iluminaba su cuarto sofocaba la oscuridad de la noche. Su cuerpo frágil deseaba desplazarse. Mente y cuerpo trataban de coordinarse, pero no podían. Ya no era posible. Sus manos temblaban intentando tocar el sillón. Cuando lo lograron, con la limitada fuerza que poseía, pudo levantar los pies del suelo.
Pasaban los segundos y con vigor recuperado, tomó el bastón y lentamente se puso de pie. Su próximo desafío ahora era el largo pasillo que lo separaba de su destino. Camina que camina hacia su cuarto, siempre calmo, sin apuro, torpe. En su mano temblorosa llevaba la vela que con débil llama encaraba la fría e impenetrable soledad de aquella casa. Sin embargo, no era suficiente. La dañada visión del viejo le impedía mirar más allá de su nariz. "Si tan sólo tuviera aquella visión que poseía cuando joven...", pensaba. Pero no. Los años han ido cayendo sobre los hombros, las experiencias, los temores.
Sus huesos, debido a la descalcificación, crujían tras cada nuevo movimiento. Al caminar quiso recordar la mayor cantidad de cosas que había vivido. Pero tanto su soledad como su tristeza no lo dejaban. Quizás el dolor lo impedía. Y no sólo el dolor físico, sino también aquél que llevamos intrínseco en nuestras almas.
El tiempo pasó. No volví a saber de aquel viejo quejumbroso de lento andar. Probablemente la tímida llama de su vela se haya cansado de batallar contra las tinieblas que rodeaban a su dueño. Ahora creo que todos sus recuerdos se representaban en aquella vela y murieron al mismo tiempo que ella. ¿Qué queda sin el recuerdo? Sólo la muerte podría responder. Antes, ahora o después.
    Puede ser que quede
    un solo instante o una eternidad
    no sabes lo que tienes por andar
    el tiempo lo dirá.
    Puede ser que todo lo que sueñes
    se haga realidad
    que un segundo en el camino pueda más
    que una vida entera en la oscuridad
    Ven, déjate llevar por el corazón
    no te rindas nunca y ya verás.
    Lejos llegarás, si te falta fuerza en el camino
    sabes bien que contarás conmigo.
    Dime lo que quieres, dime lo que piensas,
    dime lo que sientes cuando lo sientas.
    Dime lo que sientas y no te arrepientas.
    Dime que tú puedes, dime que tú sueñas, no te desesperes cuando te pierdas.
    Dime que lo intentas y no te arrepentirás
    Cada vez que pierdas la partida
    juega una vez más.
    Recuerda que la herida sanará,
    atrévete y verás.
    Cada vez que sientas que la vida
    te ha dejado atrás
    no olvides que aún hay tiempo
    para despertar
    un nuevo sentimiento
    grande como el mar.
    Ven, déjate llevar por el corazón
    no te rindas nunca y ya verás.
    Lejos llegarás, si te falta fuerza en el camino
    sabes bien que contarás conmigo.
    Dime lo que quieres, dime lo que piensas,
    dime lo que sientes cuando lo sientas.
    Dime lo que sientas y no te arrepientas.
    Dime que tú puedes, dime que tú sueñas, no te desesperes cuando te pierdas.
    Dime que lo intentas y no te arrepentirás
    Cada golpe del destino
    cada amigo que se va
    deja huellas que ni el tiempo borrará.
    Cada paso en el camino
    nos acerca un poco más
    a ese sueño que algún dí­a llegará.
    Ven, déjate llevar por el corazón
    no te rindas nunca y ya verás.
    Lejos llegarás, si te falta fuerza en el camino
    sabes bien que contarás conmigo.
    Dime lo que quieres, dime lo que piensas,
    dime lo que sientes cuando lo sientas.
    Dime lo que sientas y no te arrepientas.
    Dime que tú puedes, dime que tú sueñas, no te desesperes cuando te pierdas.
    Dime que lo intentas y no te arrepentirás