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"Inferno" de Dan Brown

domingo

Sólo como amigo


Hasta hace poco creía que la peor frase que podía decirnos una mujer era: “Tenemos que hablar…”. Pero no, la peor frase que nos puede decir una mujer es: “Yo también te quiero… pero sólo como amigo”.

Y esta no es cualquier frase. Porque si son minuciosos se darán cuenta que nos quieren decir que somos los más simpáticos del mundo, los que mejor las escuchamos, los más chori… pero que aún así, no saldrán con nosotros. No. Salen con un hueón hippiento que lo único que quiere es acostarse con ella después de hacerle creer que el mundo funciona con amor y paz.

Pero resulta que cuando el hippie este le sale con una mariconada, lo llaman a uno para pedirle “consejo”. Es lo mismo que si fuéramos a pedir pega y nos dijeran: “Señor Ugarte, usted es la persona más idónea para el puesto, el que trajo el mejor currículum, el más capacitado… pero no lo podemos contratar. Vamos a darle el puesto a alguien más inútil. Pero eso sí, cuando él la cague, ¿lo podemos llamar para que nos venga a solucionar el problema?”.

Ustedes se deben reír, pero resulta que todo lo anterior me ha sucedido. Sí… y no me da vergüenza admitir que sólo me quieren como amigo.

Me pregunto, ¿qué habré hecho mal? Hemos ido al cine, nos hemos reído harto juntos, hemos pasado horas tomando café… ¿A partir de qué café nos hicimos amigos? ¿Del quinto? ¿Del sexto? Por la cresta, ese tipo de hueas se avisan… ¡un café menos a lo mejor, y ahora me estaría acostando yo con ella!

Para ellas, un amigo se rige bajo las mismas normas que un Tampax: puedes ir a la piscina con él, montar a caballo con él, bailar con él… excepto tener relaciones sexuales con él.

Es que al pensarlo, si para una mina considerarte “su amigo” consiste en arruinar tu vida sexual, ¿qué hará con sus enemigos?... Igual me parece bien que seamos amigos, lo que no entiendo es por qué no podemos “tirar como amigos”.

Yo soy de la firme convicción de que la amistad entre hombres y mujeres no existe, porque si existiera, se sabría. Lo que pasa es que cuando ellas nos dicen que nos quieren sólo como amigos, para ellas significa eso y punto. Pero para nosotros no. Para mí no. Para mí significa que si una noche estamos en la playa, ella se emborracha, hay luna llena, se han alineado los planetas y un meteorito amenaza la Tierra… ¡en una de esas podemos atinar!

Por eso uno agacha el moño, porque nunca perdemos la esperanza. ¿Que atinó con el Oscar? Ya van a terminar… y cuando eso pase, uno ataca con la técnica del “consolador”:

“No llores, si sabes que el Oscar es un pobre hueón no más. Tú te mereces algo mejor, un mino que te comprenda, un hueón que siempre esté ahí contigo cuando lo necesites… que no sea ni tan alto ni tan bajo, pelito castaño oscuro, no tan encachao tampoco y que ojalá se llamara Cafedito… ¡uh! ¡Como yo!”.

Por lo menos cuando uno es amigo, siempre se puede meter cizaña para deshacernos de otros. La famosa técnica del “gusano miserable”. Cuando ella dice:

- Aah, es tan lindo el Pedro, ¿cierto?
- ¿Pedro? Es muy lindo… sí… un poco turnio no más...
- No es turnio, lo que pasa es que tiene una mirada súper tierna.
- Sí, en eso tienes razón, me fijé el otro día, cuando miraba a la Claudia.
- No la miraba a ella, me miraba a mí.
- ¿Viste que es turnio?

Ahora, el colmo es que las minas consideran que tienen una relación “superespecial” con un mino cuando pueden dormir con él en la misma cama y que no pase nada entre ellos… ¿lo “superespecial” no sería que sí pasara algo?

Terminado un carrete en su casa, uno se queda ayudándole a ordenar, como siempre, y cuando está todo listo, ella dice:

- Uy, es super tarde, ¿por qué no te quedas a dormir?
- ¿Y dónde voy a dormir? (haciéndome el hueón)
- En mi cama po’.

Ahí se me pararon todos y cada uno de los vellitos de mi cuerpecito: “¡Ésta es la noche! ¡Otra vez se alinearon los planetas!”. Al ratito me di cuenta de que no son precisamente los planetas los que se han alineado, porque ella, como somos amigos, con la confianza del caso, se queda con una camisetita y unos calzoncitos, y yo, haciéndome el hueón de nuevo, me quedo en puros calzoncillos… ¡una alineación de planetas no se da todos los días!

Me metí a la cama de un salto y encogí las piernas para disimular mi estado de ánimo. Se mete ella, me pega todo lo que es trasero y me dice: “Buenas noches, que duermas bien”… ¡¡¡Y se duerme!!! ¡¡¡¿Cómo mierda se puede quedar dormida tan luego?!!! ¡¡¿Esta mina no reza o algo?!!

Bueno. Ahí estaba yo acostado con la mina que me ha gustado siempre. Al principio no me atrevía ni a moverme para no pasar a llevar nada. Pensé que si hubiese sido un concurso, nadie podría haberme ganado: era el hueón más caliente de todos los planetas alineados. ¡Y la noche se hizo eterna! Me vinieron a la cabeza un montón de preguntas: “¿Tocar una teta con el hombro será de mal gusto? ¿Y si es la teta la que me toca a mí?”. Pero después de muchas horas, sólo quedaba una pregunta: “¿Seré tan ahueonao?”.

No podía creer que estábamos en la misma cama y no fuera a pasar nada. Confiaba en que en cualquier momento se diera la vuelta y me dijera: “Ven, tontito, ya sufriste harto, ¡hazme tuya!”. Pero no. A ellas nunca les parece que sufrimos bastante. Y por la cresta que sufrí… ¡tenía toda la sangre de mi cuerpo acumulada en un sólo lugar!

Pero ahí no terminó mi humillación. A las siete de la mañana sonó el timbre de la casa:

- ¡Ay, es el Pedro! – dijo ella.
- ¿Pedro? ¿Pero no habían terminado?
- De ahí te cuento, porque estoy apurada. Se me olvidó decirte que iba a traer a su perro, porque como nos vamos al Cajón del Maipo, yo le dije que el perro no podía estar en mejores manos que las tuyas. ¡Le dije que tú eras mi mejor amigo! Tienes mala cara, ¿dormiste bien?

Y ahí me quedé con el perro viendo el resumen de “La Ley de la Selva”… mal que mal, el perro sí que es el mejor amigo del hombre.

    Puede ser que quede
    un solo instante o una eternidad
    no sabes lo que tienes por andar
    el tiempo lo dirá.
    Puede ser que todo lo que sueñes
    se haga realidad
    que un segundo en el camino pueda más
    que una vida entera en la oscuridad
    Ven, déjate llevar por el corazón
    no te rindas nunca y ya verás.
    Lejos llegarás, si te falta fuerza en el camino
    sabes bien que contarás conmigo.
    Dime lo que quieres, dime lo que piensas,
    dime lo que sientes cuando lo sientas.
    Dime lo que sientas y no te arrepientas.
    Dime que tú puedes, dime que tú sueñas, no te desesperes cuando te pierdas.
    Dime que lo intentas y no te arrepentirás
    Cada vez que pierdas la partida
    juega una vez más.
    Recuerda que la herida sanará,
    atrévete y verás.
    Cada vez que sientas que la vida
    te ha dejado atrás
    no olvides que aún hay tiempo
    para despertar
    un nuevo sentimiento
    grande como el mar.
    Ven, déjate llevar por el corazón
    no te rindas nunca y ya verás.
    Lejos llegarás, si te falta fuerza en el camino
    sabes bien que contarás conmigo.
    Dime lo que quieres, dime lo que piensas,
    dime lo que sientes cuando lo sientas.
    Dime lo que sientas y no te arrepientas.
    Dime que tú puedes, dime que tú sueñas, no te desesperes cuando te pierdas.
    Dime que lo intentas y no te arrepentirás
    Cada golpe del destino
    cada amigo que se va
    deja huellas que ni el tiempo borrará.
    Cada paso en el camino
    nos acerca un poco más
    a ese sueño que algún dí­a llegará.
    Ven, déjate llevar por el corazón
    no te rindas nunca y ya verás.
    Lejos llegarás, si te falta fuerza en el camino
    sabes bien que contarás conmigo.
    Dime lo que quieres, dime lo que piensas,
    dime lo que sientes cuando lo sientas.
    Dime lo que sientas y no te arrepientas.
    Dime que tú puedes, dime que tú sueñas, no te desesperes cuando te pierdas.
    Dime que lo intentas y no te arrepentirás