Monólogo entre dos

VOZ NORMAL: No. No he pensado en quitarme la vida esta vez. ¿No podemos solo tener una conversación normal? Como esas que se tienen con los grandes amigos. He tenido tan pocas de esas que por lo mismo las atesoro todas... pero cada nuevo día las olvido un poco más.
Tengo miedo, ¿sabes?
RECITANDO: Miedo a olvidar las cosas que he atesorado. Miedo a olvidar las cosas que he hecho. Miedo a perder todo aquello que amo. Miedo a pensar que ninguno de mis sacrificios valdrán la pena. Miedo a ser olvidado... aunque suene egoísta. Miedo a seguir pensando las cosas que pienso. Miedo a fracasar... como siempre lo he tenido. Miedo a seguir sin tener alguien de carne y hueso con quien reír o llorar. Miedo a no saber si soy realmente capaz de amar y ser amado. Miedo a salir a la calle sin tener la seguridad de volver vivo. Miedo a creer que mis pensamientos simplemente se perderán en algún lugar de mi mente y nunca nadie podrá rescatarlos. Miedo a seguir creyendo que sólo existes en el inconsciente colectivo. Miedo a morir... y que más encima me juzgues.
GRITANDO: ¡Yo no sé si estás aquí conmigo escuchándome. No sé tu nombre, ni entiendo tu naturaleza. Menos aún entiendo lo que has planeado. ¿Este es el mundo que quisiste crear? Gracias por la molestia!
Tengo miedo, ¿sabes?
JADEANDO: Quiero sentir... pensar... saber... conocer... entender... amar... querer... pelear... reír... llorar... mirar... oír... oler... palpar... gritar... callar... comer... beber... cagar... crear... sin miedo.
VOZ NORMAL: No. No pretendo quitarme la vida. ¿Para qué? En una de esas así te doy en el gusto... ¿cómo saberlo? Me gusta creer que entiendo como eres. Que te conozco. Tan bien como pretendes conocerme a mí. ¿Puedes escribir sobre mí? ¿Piensas en mí?
Tengo miedo, ¿sabes?
GRITANDO: ¡De que esto sea todo. Simplemente todo. De que no te encuentre un día en la calle y poder sacarte la mierda... sólo para hacer algo diferente!
RIENDO: Oye, Dios... ¿ha valido la pena? ¿Acaso te importa mi opinión?
Tengo miedo, ¿sabes?... de creer que sí. Que toda esta mierda vale. Y de que al final, siempre lloramos... perdemos... morimos... cagados de miedo... pero siempre, siempre después de haber vivido creyendo que lo hicimos lo mejor que pudimos.