Gira de estudio

Corría el año 2000 del Señor. Fines de Diciembre para ser más preciso. Acababa de terminar de cursar 3er año Medio. Y allá andaba yo. En Lican Ray. Sí. En mi gira de estudio junto a mis compañeros de casi toda la vida.

Primero. No confundir "gira de estudio" con "gira para ir a estudiar". De hecho creo que el nombre está mal puesto. Debería llamarse "gira de diversiones varias". Sip. Porque, al menos yo, puta que me divertí.
Recuerdo que viajamos la noche del 25 de Diciembre del 2000. El bús, que parecía jactarse de su color verde claro, perteneciente a la compañía de turismo "Johryan", nos esperaba pacientemente frente al número 32 de la calle Miguel Claro. Sip. Frente a nuestro Liceo Lastarria. Hasta allá fuimos llegando de a poco los que habíamos aceptado ir a esos parajes sureños guiados por esta compañía turística.
El paquete turístico incluía alojamiento en unas cabañas, cuyo nombre ya no recuerdo, y tours por las localidades de Villarrica, Pucón, Valdivia, Niebla y Corral. Así no más.
Partimos alrededor de las 21 horas de ese día. Y con sólo nuestras ganas de pasarlo bien y un bolso, emprendimos una aventura que incluso llegó a cambiar la vida de varios...
Lo fome del cuento era que, como cualquier curso del Lastarria, sólo éramos varones. Así que muchos íbamos con la firme intención de conocer muchas féminas por aquellos parajes, y por qué no, de ayudar a la sobrepoblación de la zona...
Yo ya iba contento cuando salimos de la Región Metropolitana, ya que lo más austral que yo había llegado era San Bernardo. Así que de ahí para allá, todo para mí era nuevo. Me debo haber parecido bastante a esos cabros chicos que salen por primera vez en un viaje hacia lugares que no conoce y que sólo ha oído nombrar, y que se van todo el camino pegados a la ventanilla mirando para afuera... para apreciar mejor debe ser... aunque reconozco que viajando de noche es complicado apreciar algo diferente a las luces de los vehículos que viajan en dirección contraria.
Fue así como en aproximadamente nueve horas llegamos a nuestro destino. Y aquí es donde debo admitir públicamente que los santiaguinos somos bastante idiotas o descuidados. Porque estoy absolutamente seguro que nadie se había preocupado de ver el pronóstico del tiempo para saber contra qué nos enfrentaríamos al llegar. Si po. Llovía. Y seamos honestos. Nadie lleva un paraguas en su gira de estudio.
Pero en realidad la lluvia pasó a ser sólo un detalle cuando nos dimos cuenta de algo sencillamente maravilloso. Junto a nuestro bús llegaron dos más. Y en ambos se podía leer exactamente lo mismo que en el nuestro: "Johryan". Así es. No éramos el único curso que pasaría su gira de estudio en aquellos lugares. Así que sin previo aviso, vimos bajar de uno de los buses solamente a señoritas. Y para complementar aún más nuestra sorpresa, las señoritas eran alumnas de 2do año Medio del Colegio Carmela Carvajal. O sea. ¿Qué más se podía pedir, aparte de que la lluvia de mierda parara?
Ahora bien. Las señoritas, al igual que nosotros, no iban solas. De hecho llevaron alrededor de seis apoderados con ellas. Adultos responsables que se harían cargo de ellas ante cualquier situación que las pudiera colocar en riesgo. En términos simples: nos cagaron. De hecho para nosotros el tema de llevar adultos responsables se resumió solamente en que nos acompañara nuestro profesor jefe de ese año. Un caballero que debe bordear la edad ilegal para ejercer la pedagogía. Y que por ninguna parte demostraba responsabilidad. Pero igual fue un aporte, Sr. Paluz.
En el tercer bús venía un curso de un colegio, cuyo nombre era digno de una ecuación algebraica: B-435, o algo muy parecido. Lo bonito de ellos radicaba en que era un curso mixto. Por lo que el contacto con ellos fue casi nulo. Y para efectos de esta historia, simplemente no existió contacto.
En fin. La lluvia finalmente cesó. Y por el resto de los días que siguieron, no volvió a caer.
Sin duda los que no conocíamos aquel rincón de nuestro país, estabamos maravillados con sus paisajes. Lican Ray (flor de roca) es un pueblo que está junto a la orilla de un lago enclavado. Este lago es uno de los más grandes de nuestro país: el Calafquén. Y este lago baña las tierras que rodean por su costado austral al Volcán Villarrica (uno de los pocos que están activos en nuestras tierras). De hecho uno de los atractivos turísticos más bellos de esta zona es el "Camino de Lava", que vienen siendo los restos de lava secos que quedaron tras la última erupción conocida del volcán y que terminan precisamente en el lago.
Pero bueno. Si les interesa el lugar. Vayan a conocerlo ustedes mismos.
En Villarrica visitamos otro de los atractivos turísticos de la zona: el Río Trancura. Pero resulta para conocer este río, sólo hay una forma. Descender por él haciendo rafting. Para cualquier cristiano quitadito de bulla, ésto debe sonar a problemas. Y eso fue no más po. Un problema. Pero no importa. Fuimos para experimentar cosas nuevas, así que a colocarse el chaleco salvavidas no más. Y ahí estaba yo. Junto a otros diez improvisados marinos de agua dulce, guíados eso sí por un experto en rafting, nos abrimos paso a través de los bravos torrentes de aquel río conch...
Sólo recuerdo que me ocuparon como mástil y que grité como nunca había gritado (esas fueron las instrucciones del guía... gritar fuerte para opacar el grito de alguien cuando se cayera). Y que me bajé en alguna parte dando gracias por volver a pisar tierra.
Pero sin duda el recuerdo más bonito que poseo de aquel viaje, fue que por primera vez me enamoré de alguien. Fenómeno que no sólo ocurrió conmigo. Fue como un virus. De hecho hasta el día de hoy, muchas de las parejas que se formaron en aquella gira, se han mantenido en el tiempo. Ahora la diferencia de esos casos con el mío, fue que siempre he sido un cobarde. Nunca le dije a ella que la amaba simplemente al mirarla. Muchos me envalentonaron para acercarme a ella. Pero no era capaz. Y cuando ya estuve decidido, alguien se adelantó. Perdí por cobarde y tímido. Luego aprendería que en los temas que le competen al corazón sólo hay que actuar, ya que el arrepentimiento queda como una astilla en el cuerpo.
Así que sólo fue eso. El recuerdo más bonito de mi gira de estudio.
Creo que ya he escrito mucho. Además como que me dio nostalgia al recordarla. Como final para este texto, puedo contarles que mi gira de estudios junto a mis compañeros de curso (con quienes lgunos veníamos juntos desde 3r año Básico) ha sido, sin lugar a dudas, el viaje más importante que he hecho con un grupo de personas. A todos ellos, un afectuoso saludo de este tipo, que solamente quiso compartir esta experiencia en su blog con el mundo. Chau.